De niña, expresaba y celebraba con naturalidad la alegría y el placer en mi cuerpo.
Eros volaba libremente por todas mis células y me encantaba toda la vida que había dentro y alrededor de mí.
Mis padres me protegían con sus manos amorosas, dándome permiso para expresar y explorar mi espíritu salvaje y libre.
En mi época escolar, empecé a comprender que la naturaleza salvaje y la sensualidad no forman parte de la sociedad, y comencé a sentir vergüenza de mis impulsos y del deseo de estar cerca de los demás, especialmente de los chicos.
Aprendí que esta energía solo pertenece a una persona: la pareja romántica y el dormitorio.
Eso me causó mucho sufrimiento y rechazo hacia mí misma.
Reprimí el fuego que tenía dentro, mi ser libre, salvaje y radiante.
Sin embargo, nunca ha dejado de ser el tema más importante de mi vida. He guardado mis investigaciones y descubrimientos en la intimidad de mis relaciones más íntimas.
Ahora tengo 28 años. Mi alma quiere encarnarse plenamente y estoy ansiosa por encontrar la respuesta a mi pregunta más importante:
¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi misión en esta vida? ¿Qué don tengo que aportar?
Y la respuesta viene desde lo más profundo de mi ser, una y otra vez: Estoy aquí para despertar y restaurar el poder de Eros dentro de mí. Estoy aquí para aprender a invocar y mantener el espacio para esta poderosa fuerza primigenia de vida, amor y deseo, despojándome de todas las capas de vergüenza y culpa y abriéndome completamente a la dicha de la vida que entra en todo mi cuerpo, fluye a través de todas mis células y enciende mi verdadero resplandor, la luz y el amor que vine a traer a este reino.
Compartir mis descubrimientos, mi camino de sanación y descubrimiento, es un acto político para mí.
Quiero que las mujeres de todo el mundo se reconecten con la sabiduría innata de su cuerpo, su fuente interior de poder y belleza.
¡La Tierra nos necesita a las mujeres para mantener conscientemente un espacio para que Eros se desarrolle dentro de nosotras y en nuestras comunidades! Para transformar nuestros cuerpos en los templos de Eros, ¡que es lo que son!
¡Necesitamos desesperadamente más amor, arte, sanación, sensualidad, sexo sagrado y satisfactorio en la tierra!
Y nosotras, las mujeres, tenemos la clave de esta nueva cultura de amor, paz y co-creación.
Porque dentro de nuestros úteros se desarrolla la vida. Estamos profundamente conectadas con la naturaleza a través de nuestros cuerpos, nuestros ciclos. Está en nuestro instinto cuidar y amar la vida.
Vivo por el sueño de un mundo en el que los seres humanos se hayan reconectado con lo sagrado de la vida y recuerden para qué vinieron aquí...
Selina
